Vórtice
Desde adentro te agita el calor, la bruma. Llevas lentamente la mano hacia afuera, te encuentras el deshielo apresurado, se lo presentas a tu rostro. Dos corrientes opuestas te estrujan, sacuden. Se abre el cielo, La incongruencia sometida al escrutinio de alguien más: Doliente, ardiente, la mirada ajena. Tus pies, clavados al agua en medio del vórtice. Otra vez el calor, la bruma. ¿Te quema el hielo o el sol? Está vez es diferente: no eres parte de él, eres el vórtice. La certeza te duele, deshielo. Tus pies, inertes; ya no te sostienen y, duele. Con fuerza torbellina, cedes al impacto inminente, eres parte del todo y todo es parte de ti: La mirada La incongruencia Ardiente y doliente Ser en el vórtice.